Foursquare es uno de los grandes fenómenos llegados con la explosión de los dispositivos móviles. No hay duda. Un modelo de negocio basado en lo social que grandes compañías han querido eclipsar con propuestas similares (Google Latitude y Facebook Places) pero que ni de lejos han podido superar. Y es que son ya más de quince millones los usuarios de la que sin duda es la red de geolocalización más extendida en todo el mundo.
Pero en Foursquare ocurre a veces como con Twitter. Los usuarios crean su perfil, prueban la aplicación y no logran encontrarle un sentido claro. Algo que les motive y les anime a usarlo más allá del reto personal de conseguir alcaldías –mayors– o medallas –badges-. Pero Foursquare va mucho más allá. Decir al mundo donde nos encontramos no solo ofrece el beneficio de como crece nuestra reputación digital y ego personal con títulos de cuestionable utilidad. Y es que [appid]Foursquare[/appid] ofrece ventajas considerables para sus usuarios como información de primera mano sobre negocios y locales a través de las recomendaciones y críticas – tips- de otros usuarios, o su cada vez más en auge sistema de ofertas y promociones para usuarios del servicio.