Hoy en día, con la posibilidad de jugar a bingo online y hacerlo desde casa de forma totalmente anónima y sin necesidad de tener contacto con el resto de jugadores, podría parecer que está marcada tendencia de antaño se desdibujaría y ya no se encontraría esta segregación por sexos a la hora de apostar. Sin embargo, todos los datos apuntan a que no es así.
Según las últimas estadísticas disponibles desde la Ordenación General de Dirección del Juego, en su informe de 2020, los varones son quienes en su inmensa mayoría dedican parte de su tiempo a los juegos y apuestas online. Se trata de un 82’33%de hombres frente a un 17’67% de mujeres. Pero mientras ellos prefieren los casinos online, el poker, las tragamonedas online o las apuestas deportivas online, ellas llenan las salas de bingo online, en las que son mayoría. El motivo no lo presenta el estudio.
En Reino Unido la situación es similar a la española, y de hecho las salas de bingo de ese país realizan toda su publicidad centrada en el público femenino. Afirman que las mujeres son más sociables y conservadoras, por ese motivo, ofrecen en sus salas de bingo online, salas de chat para que puedan conversar con el resto de jugadoras mientras se divierten. En ese aspecto, parece que las salas de bingo online no han olvidado su parte más relacional, y ofrecen a su público histórico lo que siempre ofrecieron pero ahora, en el mundo digital.
Del mismo modo, en Argentina el bingo es un juego para mujeres, tanto en su formato analógico como digital, o al menos así parecen confirmarlo algunos de los principales diarios del país. En el país andino, también los tragamonedas están asociados al sexo femenino, y estas máquinas no suelen faltar en las entradas de las salas de bingo.
Tal vez algún día se haga un estudio serio del motivo por el cual el bingo es un juego que históricamente ha atraído y se ha vinculado a las mujeres en diferentes países y culturas, pero lo cierto es que los números hablan por sí solos y están ahí, y se mantienen incluso en el anonimato de lo digital.