Ya tenemos entre nosotros el último pedrolo de la tierra prometida virtual, que también será la piedra de toque donde rebotará todo bicho viviente del sector en los próximos años. Hablamos, naturalmente, de KINECT, el periférico-consola que se ha sacado de la manga Microsoft y que fue anunciado a bombo y platillo por Spielberg en el E3 pasado (recordemos sus mesiánicas palabras: «No es reinventar la rueda sino eliminarla por completo»). Ahí está la madre del cordero: ¿estamos realmente dispuestos a conducir un coche sin ruedas? Porque un coche no es lo mismo que un avión, por la gloria de San Perogrullo. Dicho de otra forma, ¿estamos convencidos de dar el paso del ente videojuego al ente realidad virtual sin el cordón umbilical entre máquina y hombre que siempre, ha sido el mando/joystick? Arduo camino, desde luego. Pero fascinante. Aunque también hubo «carcas» que se rasgaron las vestiduras cuando salieron los mandos inalámbricos. Ya se sabe: unos señalan la luna y otros miran el dedo. Como suele pasar en estos casos, de momento Kinect está inmersa en su «fase 1» para su (r)evolución de la industria que es, «sencillamente», captar a los «jugadores casuales» y familiares que se les han escapado durante los bastantes años en el mercado de Xbox 360. El otro día probamos más títulos en Casa Kinect y, la verdad, tiene gracia eso de lanzarle un disco playero a un cachorro de tigre (incluso si no eres Jesulín), emular a Michael Jackson en la pista de baile o echar unas partiditas de ping poing o similares. Pero donde realmente se jugará las lentejas Kinect será en los juegos «normales», ya nos entendemos. Por ejemplo, los anunciados en el Tokyo Game Show o, sobre todo, en los «Harry Potter» y «Star Wars» con el apellido Kinect pegado con celo. Pero para ello habrá que esperar hasta el año que viene. El futuro ya está aquí…
No habrá que esperar tanto para volvernos a pasmar ante una de las sagas que sí que han dado un salto de gigante en los últimos tiempos, y que acaba de despachar su nueva entrega: «CALL OF DUTY: BLACK OPS», un zafarrancho bélico espectacular que nos traslada a plena Guerra Fría, caldeada por el conflicto en Vietnam y alguna que otra escaramuza por el estilo. Todos los prodigios disfrutados en «Modern Warfare 2» han sido superados en este impresionante título del que se esperan una ventas superiores al anterior blockbuster (que recaudó más de un billón de dólares, ahí es nada). Las estimaciones rozan los 18 millones de ejemplares vendidos en lo que queda de año, una auténtica barbaridad. Una experiencia multijugadora nunca vista, mejoras a todos los niveles, nuevo sistema de «apuestas» y hasta un modo 3D garantizan horas y horas de hazañas bélicas de impresión. Esperemos que no se repita la absurda polémica del año pasado, con lo de la masacre en el aeropuerto ruso y demás, ya se sabe. Bueno, más «perras» para Activision.