Nos gusta la franquicia «Fable», sí señor. A Peter Molyneux se le encendió la bombilla hace seis años y urdió un «rol moral» con alma de aventura gráfica y unos toques de ironía altamente estimables que a veces recuerdan alguna parodia medieval de los Monty Python. Ahora, acaba de desembalar su última pieza, «FABLE III», donde amplpía sus cimientos conservando el cemento original. En este caso, tendremos que reactivar el reino de Albión, tomado al asalto por un pérfido tirano que resulta ser hermano del prota (o la prota). Más interactuación rebelde que nunca, mundos y territorios mucho mejor perfilados y esos golpes de humor tan suyos (recibir a los súbditos con un eructo tiene su aquél) otorgan galones a una experiencia moral y jugona de muchos quilates y en constante evolución, que también conquista más terreno en Xbox Live. Quizá su único punto débil sea el combativo, a pesar de contar con armas tan contundentes como una maza de tamaño industrial. Pero un «Fable» nunca se ha caracterizado por primar la fuerza antes que la maña. Más sugerente es su naturaleza de mundo paralelo y alternativo al real, que se demuestra cuando nos topamos con una pueblerina negra y lesbiana (así consta en su ficha personal) y podemos dejar a nuestra protagonista en bikini de piel de oso, raparla y mandarla a alguna aldea helada con la espada en la mano. «¿No vas algo ligera de ropa para esta fecha del año?», le suelta una viejecilla. Mola «Fable», creo que ya lo hemos anotado antes. A tallar la madera de héroe se ha dicho.
. Leer artículo completo en Frikipandi «Fable III», elige tu propia aventura.