Si Romario era un jugador de dibujos animados y Messi de videoconsolas, ¿qué decir del millar de cracks que pueblan la última sensación «hooligan» envasada en el país del Sol Naciente? Hablamos de «INAZUMA ELEVEN», un auténtico fenómeno para la chavalería japonesa, tanto en la pequeña pantalla como en DS y, próximamente, Wii. Tres millones y medio de unidades ha despachado este relampagueante arcade-rol salido de la chistera de Level 5, definitivamente el estudio que le ha cogido el tranquillo a la portátil de Nintendo tras la saga «Profesor Layton» y el espléndido «Dragon Quest IX». Sobre la pizarra, el planteamiento es sensacional: aunar la filosofía «Pokémon» con las tácticas de Oliver y Benji, todo sazonado con un look manga que no veíamos en un juego de fútbol desde los tiempos de «Captain Tsubasa».
Así, el balón arranca en manos del portero Mark Evans sudando tinta (china, en este caso) para reclutar diamantes en bruto y formar el equipo del instituto Raimon y enfrentarse a los combinados más temibles venidos de todos los rincones del globo (entre ellos, un tal «Rojo matador» que adivina de dónde procede). Todas las alegrías, desventuras, secretos (los de la estrella local Axel Blaze) y triunfos de estos chavales serán mostrados en el juego gracias a un argumento bastante bien cocinado. Aunque, desde luego, la pista principal del circo está en el césped, donde podremos disputar pachangas en forma de desafíos cuatro contra cuatro o partidos normales once contra once donde, merced al stylus bien calibrado, desplegaremos todo nuestro potencial, incluyendo ataques especiales llameantes y prácticamente sobrenaturales que tanto gustan por esas tierras. Y, seguramente, en estas, porque el invento tiene miga y se lo merece.
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