Procedente de aquella mágica «caja naranja» aparecida hace unos años, «Portal» pronto se convirtió en una pequeña joya de culto que pedía a gritos una ampliación con todas las de la ley. Y he aquí al fin «Portal 2», un título que no solo dignifica la experiencia virtual de aquel juego que se llevó de calle más de 70 premios y laureles, sino que la intensifica y reafirma con una aventura en la que la lógica y la inteligencia se imponen a los meros límites del género de ciencia-ficción convencional. Todo, gracias a la nueva historia de Chell, aquella prisionera en un laboratorio abandonado donde la computadora GLaDOS impone su ley como si fuera pariente de HAL, el ordenador loco de «2001». Un puñado de desafíos altamente adictivos, un guión astutamente planteado, un entramado gráfico elegante (tanto como su apartado musical) y un modo cooperativo con personalidad e historia propios amplían los horizontes de grandeza de un juego diferente y que le proporciona todo un chute de vitaminas neuronales a nuestra consola, que nunca viene mal. Cierto que algunos niveles recuerdan demasiado a los de la primera parte, pero incluso eso es de agradecer para acabar de enganchar a veteranos y noveles y recargar hasta los topes la pistola de portales. Lo dicho, un FPS elegante, sofisticado y, sobre todo, divertido. El único pero, que se vuelve a hacer corto, aunque dure siete u ocho horas. Nada, a esperar la tercera parte.
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