«Rage», crash & rock’n’roll



Categorías: Juegos
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No, el de la foto no es el engendro de «Los Goonies» rebotado porque le han reducido la pensión, sino uno de los angelitos con los que nos podremos encontrar en «Rage». Ah, «Rage», qué buen juego y, sobre todo, qué gran metáfora del erial donde vivimos, de la tierra baldía, las badlands de Malick (cuando Malick molaba), el desierto infernal poblado por seres mutantes y aberrantes que están mejor muertos que vivos, y precisamente por ello les aplicamos cristiana ejecución con un arsenal más amplio que el del garaje de cualquier cowboy facha de Texas. Precisamente en Dallas presentó John Carmack su perla cultivada en verano, mira por dónde. Carmack, ojo, canela fina en los pantanos del FPS, el papá de «Wolfenstein 3D», «Doom» y «Quake», la triple vírica del género. Por ello, el listón estaba alto, aunque con colchón mullido para caer grácilmente. Unos cuantos años hemos pasado imaginando cómo sería «Rage», qué nuevos prodigios escondería. Y, después de una primera toma de contacto, la verdad es que no ha defraudado. Cuando «Borderlands» encontró a «Mad Max», podría resumirse. Con un toque lejano e híbrido del Ballard de «Crash» (esas misiones en autos locos son de lo mejor) más que el transhumanismo algo repipi de «Deus Ex: Human Revolution». La vieja historia del llanero solitario impartiendo justicia poco poética (o, como mucho, en la línea dirty de Bukowski) pero con un rollo postapocalíptico y mutante firme, serio y posible, que es lo que inquieta más. El futuro puede que sea esto, así que mejor irse preparando. Quizá por todo esto «Rage» ha sido recibido con diversidad de opiniones, lo chungo introspectivo y anárquico incomoda. Pero, personalmente, estoy deseando seguir catando sus fantásticos y fantasmagóricos escenarios (canela fina el motor id Tech 5), tirar de la lengua al sandbox a ver hacia dónde llega, y esperar tomándome un chupito de Perro Loco a la turba inmunda que los puebla, ahora que cambia el tiempo, o los tiempos. ¡Rock&roll!, que arengaría Santos Trinidad, nuestro héroe de las Navidades pasadas. Marchando un bonito aperitivo para esperar con el pistolón humeante y los huesos machacados a «Doom 4». Un aperitivo «gourmet», que eso de comer es para los vulgares, como he oído hoy por estas tierras (regulares).

PD. Y hoy, por fin, será posible ver a Shaq de figurín peleando en la pintura con Bill Russell con «solo» cuatro o cinco anillos en los dedos. «NBA 2K12», sí, ya ha llegado. Pero, como lo bueno debe asentarse y respirar, dejaremos el análisis para el lunes o martes que viene.

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