¿Qué hacer después de conseguir el mejor videojuego de baloncesto de todos los tiempos, vender cinco millones de unidades y lograr más de 20 premios al título deportivo del año? Pues, sencillamente, pedir el balón y el aclarado, mirar al aro y al reloj, y ensayar el más difícil todavía, el rectificado de Jordan en las finales 91 o el de Erving en las finales del 80. Justamente eso ha hecho «NBA 2K12», el juego definitivo del mayor espectáculo del mundo, el que aglutina ayer, hoy y mañana en un circo de tres pistas y múltiples balones en danza.
Desde luego, los deberes estaban muy bien hechos desde la temporada pasada, ya que el monográfico de Jordan supuso un antes y un después en el género, además de la consagración definitiva de la saga 2K. Y este año, sin sombra de competencia en el horizonte, se han destapado el tarro de las esencias de forma prodigiosa, gracias sobre todo al modo histórico que nos permite ponernos en la piel de quince leyendas de la Liga, desde Bill Russell a Olajuwon pasando por Chamberlain, Jerry West, Abdul-Jabbar, Erving, Magic, Bird, Thomas, Pippen, Stockton&Malone, Ewing… y, cómo no, Jordan, y disputar partidos legendarios entre los Celtics y Lakers de los 60, con los Bucks campeones de los 70, los Hawks de Pete Maravich, los «bad boys»… Por si fuera poco, con el look televisivo de cada etapa cuidado al mínimo detalle (incluso la tipografía de los marcadores o quintetos titulares). Un auténtico festín para los jugones etiqueta negra. Tanto que se perdonan gazapos como la presencia de Chamberlain con los Lakers del 64/65, cuando en esos años aún estaba defendiendo la elástica de los Warriors/76ers. O «machadas» como el mate de 360º de Russell sobrevolando la pintura como «Helicopter» Knowings, al que le pitaron 3 segundos en la zona en pleno vuelo, según la mitología playground. Pero en fin, pecata minuta para unos momentos únicos para el amante vintage de este deporte.
Aparte, el resto de los modos y opciones de la franquicia (crear una leyenda o una dinastía, jugar playoffs o temporada completa, entrenamiento, exhibición…) se ven respetadas, corregidas y hasta aumentadas, con un virtuosismo en cuanto movimientos, ambientación, espectáculo y gráficos de muchos quilates. Hasta tiene gracia ver, en un Wolves-Mavs, a Ricky Rubio enfrentado a Rudy Fernández, demostración palpable de que la ficción sigue superando a la realidad. En fin, que con esta joyita, como que tampoco tenemos mucha prisa de que se resuelva el «lock-out» dichoso.
PD. Ante esta tesitura, uno se pregunta y fantasea sobre cómo será el «NBA 2K13». ¿Incluirá la ABA o la primitiva BAA? ¿Llegará a glosar el choque inaugural entre Huskies y Knicks en la gélida Toronto, el partido de los 100 puntos de Chamberlain, el «Mikan versus Knicks» o el «milagro de Richfield»? Soñar es gratis…