Hoy ya sobrevuela con su capa de los domingos el fantástico hombre murciélago en uno de los títulos más esperados del año (gracias a la ¿inesperada? maestría de su antecesor), «Batman: Arkham City». Pero antes de meternos en Gotham hasta la cocina (el lunes colgaremos el análisis largo y tendido), y aprovechando que Halloween pronto pasará por Pucela, he aquí un trío de títulos terroríficos ambientados en diferentes épocas históricas pero con un denominador común: el susto y disgusto producido por la sangre, el escalofrío y la víscera podrida que abundan por doquier en sus esquinas.
-Arrancamos en los tenebrosos años de la Edad Antigua (siglo arriba, siglo abajo), donde los demonios campan por sus anchas y la fantasía y la hechicería arcana estaban a la orden del día. Una noche oscura del alma de la que se ocupa «Dark Souls», un rol con sangre caliente que es como un paseo con tarjeta VIPS por un tren de la bruja en el que no falta ni un vagón: castillos siniestros, catacumbas imposibles, bosques y ruinas calavéricas, mazmorras, lagos encantados, dragones del tamaño de la deuda de Grecia… Lo que se dice un surtido completo. Y tú, caballero (o dama, o el personaje que escojamos) con el yelmo poderoso, tendrás que repartir justicia gracias a un armamento generoso que se va reforzando en una aventura con tintes clásicos, ambientación de sombrerazo y ecos a históricos del género estilo «Cauldron» o hasta «Ghosts’n’ goblins» (palabras muy mayores).
-De ahí pasamos a la Edad Media, que también se las trae, con «The cursed crusade», otra perla demoníaca y draconiana localizada a finales del siglo XII, con una Constantinopla más animada que Times Square con barra libre de electricidad. Hasta allí lanzará su cruzada el templario Denz de Bayle, cuya espada contiene el secreto de una antigua maldición que le hará comportarse como un auténtico monstruo luciferino. Nada menos que 130 armas, 16 técnicas de lucha distintas y una fidelidad histórica encomiable (ojo al recorrido por cinco territorios tanto europeos como orientales, y la decena de personajes reales para elegir) le dan esplendor a un juego con el nada discreto encanto de la serie B aventurera y con mucho temple. Sobre todo, eso. Si alguien era fan de la maravillosa «Abadía del crimen» seguro que se le escapa alguna sonrisa cómplice.
-Última estación, el presente. Y menudo presente: hordas de zombis recorriendo atontados las esquinas de un centro comercial gigante. ¿Hablamos de cualquier finde en cualquier ciudad poligonal de extrarradio? De eso nada, monada: se trata de Fortune City, ese sosias de Las Vegas que vuelve a poblarse de muertos vivientes (de los tranquis pero que lanzan zarpazos de los buenos) en «Dead rising 2», donde imparte magisterio uno de nuestros antihéroes preferidos: Frank West, el terror de la carne podrida. Aunque el pobre hombre no vive su mejor momento, su popularidad catódica ha caído en picado y hasta alguna churri le empieza a llamar abuelo. Así que necesita desquitarse con unos buenos arreones a la comunidad no-muerta. Por su puesto, enarbolando su inimitable estilo (retranquero, coñón y macarra) y con cualquier arma que se encuentre a su paso, desde hachas a bolsos de señora, sin olvidar una buena metralleta old style (ver fotillo). Nueva historia, nuevos personajes pero mismo gustazo a la hora de decapitar, desmembrar y espachurrar zombis son las claves de este remake que haría las delicias del Sam Raimi ochentero.
. Leer artículo completo en Frikipandi La edades del terror.