Este viernes 4 se cumple un año del nacimiento de Kinect, el dispositivo electrónico de consumo más rápido, según el libro Guinness (diez millones de sensores despachados en dos meses así lo acreditan). Y, aunque sus aplicaciones y ramificaciones no han hecho más que crecer (el conocido como Efecto Kinect), la verdad es que el solomillo principal se lo llevan los críos. Así lo acaba de reconocer Microsoft presentando en Nueva York su línea maestra Kinect for Kids (el enlace nos sienta en primera fila de su presentación completa) una auténtica mina de oro enfocada al disfrute de grandes y, sobre todo, pequeños. El lema es claro: educar entreteniendo. Tan sencillo y tan complejo. Aunque la verdad es que, viendo in situ a los chavales probar los juegos propuestos por Kinect en esta primera oleada, el éxito está asegurado. Juegos como «Barrio Sésamo: Érase una vez un monstruo», ya disponible en tiendas y que se antoja una diablura perfecta para Halloween al proponernos interactuar y divertirnos con Elmo, Triqui, Coco y un largo etcétera de criaturas de los más curiosas (ver fotos). O «Kinect Star Wars», otro de los más esperados merced a la golosina de poder empuñar la espada láser en plan «air» a través de los legendarios escenarios de los filmes de Lucas. O «Fun Labs» y «Happy Action Theatre», auténticos laboratorios efervescentes con el único límite de nuestra imaginación. O «Dance Central 2», del que hablamos hace unos días. O «Kinect Neo Geo TV», brillante idea que nos transporta al mundo salvaje de los documentales de National Geographic, en plan «serio» o en plan festivo gracias a minijuegos con cabeza y garras de oso. O, hablando de plantígrados, «Kinectimals 2», con sus nuevos y esponjosos fichajes en forma de adorables pandas, ositos polares, pardos y demás peluches vivientes. Y no olvidemos adaptaciones de películas como «El gato con botas» o «Las aventuras de Tintín» o de éxitos televisivos como «Los pingüinos de Madagascar» o «Bob Esponja», todos ellos aplicándose en la máxima de «tú eres el mando».
Eso y mucho más, ya que durante la presentación tuvimos ocasión de charlar con Jaymi Bauer, una de las responsables directas de Kinect for Kids, que nos amplió detalles de otras ocurrencias luminosas de la casa: «Project Columbia» y «Rush». El primero hace realidad «el sueño de poder participar en un cuento infantil clásico», según Bauer. «Gracias a ello, se fortalecen los vínculos entre padres e hijos, de modo que ambos se beneficien mutuamente: uno de la imaginación caótica y maravillosa de los pequeños y otros de las pautas educativas y el orden del mundo adulto». Todos contentos, pues («incluyendo los profesores, que valoran enormemente estos contenidos»). El segundo, que también llegará a principios del año que viene, es otro pase mágico de campanillas: «Nada menos que participar en películas de Pixar como Los increíbles, Ratatouille, Up, Toy Story 3 y Cars 2, auténticos estanques de creatividad donde los críos podrán expresarse a pleno rendimiento, igual que con otro juego como Kinect Disneyland Adventures, que propone maravillas como volar con Peter Pan o compartir plano con Mickey Mouse o Blancanieves».
También tuvimos la suerte de entrevistar a Rosemarie Truglio, videpresidente de la productora de «Barrio Sésamo», mítico programa infantil que, aparte de «Érase una vez un monstruo», también tiene cabida en Kinect for Kids gracias a «Kinect Sesame Street TV», una invitación casi mágica a abordar su descacharrante universo a base de minijuegos, retos educativos y desafíos pedagógicos con el inconfundible sello de la casa. Truglio nos comentó que la idea de colaborar con una plataforma como Kinect surgió casi al instante de lanzarse el sensor de Microsoft: «Nos encantaron las posibilidades potenciales que encerraba Kinect y de inmediato nos pusimos manos a la obra. Fue un proceso lento, lleno de matices y detalles para asegurarnos una elevada línea de calidad, pero mereció la pena». Sobre las posibilidades educativas de Kinect, no hay más que recordar que los colegios SEK acaban de incorporar esta tecnología a sus aulas, algo que Truglio celebra con evidente entusiasmo: «Es la consecuencia lógica de este proceso. Al final, los videojuegos se convertirán en aliados imprescindibles de numerosos campos de la sociedad: educación, ciencia, medicina, arte…». En fin, que Kinect es mucho Kinect, y más que va a ser. Está claro que estaba de parranda…