Lo confesamos: somos fans de la serie legoadicta de Traveller’s Tale en todos sus frentes y sagas: Indiana Jones, Harry Potter, Star Wars, Piratas del Caribe, El Señor de los Anillos… De unos más que otros, naturalmente, pero cada uno suele ser un prodigio de maña, imaginación y buen gusto, aparte de servir como reconstituyente y elixir milagroso para alguna que otra franquicia en decadencia, como «Harry Potter». Acaba de aterrizar su último prodigio, «Lego Batman 2: DC Super Heroes», que ciertos medios han recibido como el mejor de todos, cosa que no discutiremos porque, la verdad, es un juego sensacional de principio a fin. Después de despachar 11 millones de unidades con la primera entrega, la secuela riza el rizo presentándonos a otros compañeros de fatigas del dúo dinámico Batman-Robin como Superman, Wonder Woman y Linterna Verde (entre medio centenar de personajes más de la nómina de DC Comics), que tendrá que salvar a Gotham de las garras malignas de Lex Luthor y Joker. Sencillamente fantástica la recreación de Gotham City que luce el juego, con todo lujo de detalles, callejero, ambientación y sospresas a nuestra disposición para explorarlos de cabo a rabo y descubrir esas moneditas que tanta alegría da verlas repiquetear. La mecánica del juego es clásica: ensamblar puzles (algunos, con mucho coco de por medio), pelear contra los villanos de turno y recorrer todos los escenarios mirando debajo de la alfombra para ir avanzando en nuestra aventura. Dos detalles importantes: la cantidad de nuevos trajes y complementos a nuestra disposición (desde el Power Suit de Batman al Hazard Suit de Robin), con amplias posibilidades de customización; y el hecho de que los muñequitos hablen, por primera vez en la serie Lego (y ojo al espléndido doblaje al castellano). Si a esto le añadimos los toques de humor clásicos de la franquicia, un gran virtuosismo gráfico y expresivo (hasta la calva de Luthor luce majestuosa), las escenas a bordo del Batmóvil y muchos tesoros ocultos en cofres insospechados y brillantes, tenemos un juegazo para ir refrescándonos en este veranito fino que se avecina.