Creo que lo dije alguna vez pero lo mantengo: qué aburridas serían nuestras vidas sin Pixar y RockStar. Hablo por mí, claro, y supongo que también por buena parte de los visitantes de este blog, ¿a que sí, truhanes? El caso es que el lobby de los hermanos Houser acaba de sacar un par de bonitos detalles navideños. Por una parte, el pack completo de «Grand Theft Auto IV» que incluye el juego original y sus dos episodios de Liberty City (ya sabéis, el de los moteros y el del disco-bujarrón Gay Tony). Y, por otra, ha editado en formato CD la más celebrada expansión de su último hit: «RED DEAD REDEMPTION: UNDEAD NIGHTMARE». Un auténtico apocalipsis no-muerto que va bastante más allá de un survival horror al uso. Por ejemplo, su espléndida (como siempre) secuencia de inicio nos muestra las curiosas reacciones ante el ataque zombi de una familia cowboy de principios de siglo XX que, desde luego, no es la que estamos acostumbrados a ver en películas como «28 semanas después» o incluso «La noche de los muertos vivientes». Interesante el rol de la matriarca, por otra parte, demostrando que también los «detalles morales» los cuida al máximo RockStar. Justo cuando la mecánica del juego se puede empezar a hacer repetitiva, llegan sorpresas tales como un oso zombi, una manada de lobos podridos o nuestro fiel caballo repleto de gusanos al que tendremos que atar en corto. Ojo también a las nuevas armas (el fuego purificador en vanguardia), nuevos personajes, viejos conocidos y una ambientación sonora que provoca escalofríos muy majos. Lo dicho, que seguimos rodeados de muertos vivientes. Incluso en los videojuegos. Hasta el martes, que aquí de puente, nanay.