Al hilo del post que colgábamos el otro día, en vísperas de reyes, se nos quedó en el tintero recomendar un mundo virtual y jugón que aplica modélicamente el ideario de producto bien amueblado para pequeños y mayores: Mundo Gaturro. ¡Mundo virtual! ¿Recordáis cuando, hace solo unos años, este palabro andaba en boca de todos, como la falsa moneda? Seguramente la cosa aún no era para tanto, sobre todo porque muchos fantasearon con la posibilidad de un mundo más bien paralelo en plan «Fringe» y, al comprobar que el motor todavía no pasaba de la segunda velocidad, la burbuja se desinfló a pasos agigantados. El ansia viva y la paciencia, esa dicotomía. Pero Mundo Gaturro es otra cosa. Por algo sus personajes los ha creado un argentino, Nik, y ya se sabe la maña que tiene esta gente para sacarse de la manga sólidos castillos en el aire, jardines con senderos que se bifurcan y otros libros de arena. Porque la historia pinta muy borgiana, ya que no solo disponemos de videojuegos online sino de un rosario de actividades tales como libros, cómic, eventos «físicos» (en Micropolix se presentaron en sociedad hace unos días) y hasta una película. Pero lo principal es la posibilidad de interactuación de los críos a través de un avatar (Gaturro o Ágatha) que les permita desarrollar todo lo que les dicte la imaginación, a modo de simulador social tipo «Sims» centrado en la «arena» gaturra y su simpático mundillo. Todo, además, gratuito y siempre con el ojo avizor y control de los padres para que la cosa no se desmadre. En fin, que el mundo es virtual pero con los pies anclados en el suelo, sin caer en lo cutrecillo de otras webs de parecido pelaje (algunas, plagios descarados) y sin irse por las ramas como les pasó a algunos experimentos con gaseosa presumiblemente «adultos» que todo tenemos en mente. Ya se sabe que empezar la casa por el tejado no suele funcionar. Pasen y vean.
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