Junto a tróspido, la palabra del momento es, sin duda, rescate. A todos los niveles y con todas las alarmas encendidas. Al rescate, sí, como arengaba Supervaca antes de lanzarse de bruces contra su hermano Pollo, eternamente en apuros. Al tema, que siempre nos vamos por las ramas de Úbeda. El caso es que este fin de semana se celebra la cuarta edición de iDÉAME en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (a tiro de piedra del Reina Sofía y la Filmo). Un encuentro de jóvenes desarrolladores de videojuegos que amenaza con dejar a la ciudad sumida en un gran apagón considerando la cantidad de bombillas encendidas que puede haber en un plazo de tiempo tan corto. Este año la consigna y el estandarte es claro y arriesgado: repescar las geniales y troncales ideas que la industria parió en los dorados años 80 para aplicarlas hoy en día, con la tecnología y las posibilidades del siglo XXI.
Y, en este contexto, una compañía sobresale más que ninguna: Nintendo, santo y seña de cómo llevar a cabo esta quimera de forma brillante y magistral. Así, las ponencias, conferencias, brainstormings, anuncios y clases magistrales se sucederán sin solución de continuidad de la mano de cráneos privilegiados como Magnus Palsson, Jools Watsham, Jacoob Riis y un largo etcétera que se puede consultar en la web oficial del evento. Destacamos por su cercanía e importancia histórica la presentación del primer proyecto de videojuego español en 3D gracias a la colaboración entre Delirium Studios y Abylight, una puerta abierta que puede dar otro vuelco saludable a nuestra industria, tan pachucha. La entrada vale 20 euros (con extras incluidos), pero merece la pena darse un garbeo para ensanchar horizontes y perspectivas. El que avisa no es traidor…