A rey muerto, rey puesto. ¿Alguien echa de menos a Harry Potter? Pues ojo a Finn, el aprendiz de brujo que nos presenta «Sorcery», un juego cuyo hechizo empezó a encandilarnos allá por el E3 de 2010, cuando empezó a dar sus primeros pasos y pases mágicos. Si podía pensarse que el mando PS Move andaba un poco de capa caída, nada mejor que revitalizarlo a base de bien con este abracadabrante título que nos coloca en pleno aprendizaje de trucos y birlibirloques nigromantes para mantener a raya unos espíritus luciferinos que la Reina de la Pesadilla ha desencadenado de mala manera. Nuestro reto será resolver misiones y ensamblar pócimas a través del vasto y fabuloso territorio del Reino Faerie, al tiempo que resolvemos puzles, vencemos a enemigos feroces y rebuscamos entre los oscuros rincones del generoso paisaje (que incluye cinco reinos como el de los Muertos, el Bosque de las Hadas o la Encrucijada) algunos objetos y tesoros valiosos escondidos en sus fauces.
Basándose en la fértil mitología irlandesa y sin olvidar la brujería más popular (desde Disney a Tolkien), «Sorcery» es un estándar de acción y aventuras con fauna evocadora, dragones y mazmorras, enemigos endiablados (ojo a los feroces Banshees), sus toques de humor (véase el curioso y parlanchín Erline, que nos echará una mano en más de una ocasión, o la linda gatita Erlie), sus efectos especiales y texturas bastante trabajadas (véanse los FX lumínicos), y sus hordas de malvadas criaturas que intentan acabar con nuestro toque mágico. Todo ello, dentro de una atmósfera fantástica que nos evocará el recuerdo de títulos como «Dragon’s lair» o hasta «Cauldron» y con un control de juego que resulta ser de lo mejorcito del catálogo Move.
De hecho, las acciones se ejecutan de manera muy fluida como demuestra la manera de activar los hechizos, moviendo el periférico-varita en el sentido de las agujas del reloj para activar «fuego», o al contrario para activar «hielo», pudiendo combinarlos. Y el control es total, incluso a la hora de tareas triviales como abrir un cofre (un sencillo movimiento circular), bebernos una poción (mezclándola hasta que la bolita del sensor tenga el color adecuado), atraer objetos hacia nosotros, transformarnos incluso en animales… Todo ello, con un perfecto reconocimiento de la fuerza y la intesidad con que la agitemos o movamos.
Como resultado, tendremos un cóctel de hechizos a nuestra disposición, casi un centenar, si combinamos sabiamente fuego, viento, hielo y demás elementos con duende. Y ojo al sistema de alquimia, con el que alcanzaremos 50 sabias pócimas que nos reforzarán y abrirán puertas a otras dimensiones. En definitiva, un título divertido, entretenido (16 horas de duración) y que proporciona unos cuantos momentos realmente brillantes. La magia está en movimiento, nunca mejor dicho…
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