«The Amazing Spider-Man», enredando en las consolas

Ya tenemos en nuestras pantallas «The Amazing Spider-Man» (la película) y, desde hace una semana, también «The Amazing Spider-Man» (el videojuego). Un lanzamiento como mandan los cánones: multiconsolero, anticipando el blockbuster pero al mismo tiempo recogiendo su hilo argumental y expandiendo sus límites, con muy buena percha, nuevos villanos, una historia con gancho y neuronas (obra de Seamus Kevin Fahrey, curtido en «BattleStar Galáctica» y «Espartaco») y, sobre todo, una sensación de que nuestro entrañable trepamuros regresa a su mejores años (por ejemplo los de «Shattered Dimensions») gracias al buen trabajo de Beenox Studio. Encima, cuando le toca soplar 50 velitas, todo un detalle. Posiblemente los juegos de Spider-Man sean, gracias a la personalidad del héroe, los más entretenidos, adictivos y directos del género fandom.

Aquí no hay rescoldos tenebrosos y oscuros como Batman, ni villanos tan peculiares como Joker, así que de lo que se trata es de aprovechar sus virtudes: exploración a campo abierto de rascacielos a rascacielos, y combate cuerpo a cuerpo con los espléndidos enemigos de la serie. Teniendo esto, ¿para qué buscar dramas paternofiliales o pagafantas de Peter Parker? Así, nos daremos unos garbeos sensacionales y circenses por un Nueva York generoso y que da gloria verlo y explorarlo (con la ayuda inestimable del Web Rush, un truco fetén para detener el tiempo y apuntar con más tino la dirección de nuestras lianas de telaraña), y nos batiremos el cobre con villanos de la talla de Rhino, Escorpión, Lagarto, Felicia Hardy o Nattie, un simpático Hombre Piraña que mordisquea en exclusiva para este juego. Las tácticas de combate son de los más intuitivas y fulminantes, con combos eléctricos e interacción con el medio, aunque el sigilo también es un componente muy a tener en cuenta.

Aparte de estos elementos, el juego se saca de la chistera otras sorpresas como abundante material coleccionable (nada menos que 700 páginas de cómics) desperdigado por la ciudad, numerosas misiones secundarias y hasta cameos como el mismísimo Stan Lee y el bueno de Bruce Campbell dando vida a un reportero bastante mochales. En fin, un juego de lo más majo para columpiarse alegremente en estos días veraniegos.

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