Muy fans de la saga Layton. Mucho. Casi, como Punset, o como Pe & Mo (nos fiamos más del primero, la verdad). Son ya unos cuantos años y unas cuantas entregas, y con cada nuevo episodio casi nos ponemos a hacer el baile del caballo de pura alegría. Por ejemplo, con «El profesor Layton y la máscara de los prodigios», que acaba de aterrizar en territorio 3DS, lo que le añade una nueva dimensión a la cosa, no solo por una mayor brillantez gráfica y de escenarios como la posibilidad de «ahuecar» algunos rincones para rebuscar nuevas moneditas, siempre tan socorridas. Además, el argumento se presta, ya que la localización de nuestra aventura será nada menos que un deslumbrante carnaval feriante, donde nuestro sabueso acudirá tras la llamda de Angela Ledore, una vieja amiga de la infancia. Junto a su inseparable Luke Triton y con la ayuda de Emmy Altava, tendremos que resolver los clásicos puzles y acertijos para desentrañar el enigma que se cierne sobre el lugar. Con la estructura que ha dado fama a la saga (exploración, monedas, pistas y resolución), esta aventura nos ofrece algunas encantadoras novedades: aparte de los puzles de lógica, laberínticos, numéricos y de formas, también tendremos rompecabezas donde peinaremos unas ruinas bajo tierra hasta encontrar la salida, incluso esquivando momias, para sentirnos como un auténtico arqueólogo, que por algo es la profesión de Layton.
Además, el sistema de control se ajusta aún más gracias al protagonismo de la lupa para hacer zoom y escudriñar cualquier resquicio de los preciosos y brillantes escenarios. Un total de 150 ingeniosos desafíos estarán esperándonos en esta entrega, aparte de 365 adicionales (uno diario vía SpotPass) y tres minijuegos de propina (robot de juguete, tienda para todo y teatro del conejo, muy en la línea «Nintendogs»). Si a esto le añadimos nuevos secretos del pasado de Layton (incluso sin sombrero y de bachiller, o haciendo vida familiar) y un misterioso, malvado y superpoderoso Caballero Enmascarado que hará la vida imposible a los habitantes de Montedore, ya tenemos otra joyita al canto para nuestra portátil. Como diría Woody Allen, «problemas» es nuestro segundo apellido. ¡Larga vida a Layton!
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