Cuánto echábamos de menos a este calvo… y no nos referimos al lotero navideño sino al Agente 47, el killer más carismático y peliagudo de la corrala consolera. Después de una temporadita sabática cargando las pilas, regresa con energías muy renovadas en «Hitman: Absolution», el título que la saga de IO Interactive estaba pidiendo a gritos, y su legión de fans más. Con una estética entre John Woo y Lee Marvin, el antihéroe de corbata retro tendrá que enfrentarse a todo bicho viviente a lo largo de 20 misiones de lo más generosas y fantásticamente ambientadas, donde iremos descubriendo todo un abanico de escenarios (orientales, mayormente) y de giros argumentales que pondrán al agente entre la espada y la pared de su querida empresa (¿y cuándo no es fiesta en estos tiempos?). Mucha es la tela que cortar en esta excelente entrega, y toda de primera calidad. Por ejemplo, un estilo de juego que rebaña hasta el último chip el prodigioso motor Glacier 2, que funciona como un toro de lidia en algunas escenas de masas realmente apabullantes y brillantes.
Todo, para que Mr. 47 tenga una libertad de elección en sus acciones insólita, con una IA avanzada que le permite mucho más que entrar al trapo con sus pistolones y liarse a repartir metralla. También adquirirá gran protagonismo el entorno y la interacción conversacional con los personajes a la hora de ir desentrañando la madeja que nos espera en una historia oscura y llena de esquirlas de las que hacen pupita. Y luego tenemos el sigilo, elemento primordial para avanzar aunque sea por resquicios y callejones putrefactos, incluyendo la opción de disfrazarnos cual Mortadelo (el look ya lo tiene medio conseguido de fábrica) y hasta hacernos pasar por nuestras víctimas para ir descubriendo pasteles variados. El Modo Instinto se adapta perfectamente a la filosofía de este nuevo Agente 47, pues habrá que peinar cuidadosamente el entorno y no dejar escapar ni un detalle. También tenemos en la bandeja de entrada el Modo Contratos, novedad online que nos permite crear y compartir nuestros desafíos dentro del juego con una personalización y edición de las buenas. Mucha sorpresa, sobresalto y checkpoint, un componente sonoro y musical modélico, atmósfera noir insobornable y cargada, variadas ediciones especiales para incondicionales y una gozosa sensación de vuelta a la batalla y a la época donde los juegos no se andaban con chiquitas definen este gran juego, de lo mejor del tramo final del año. Ni un pelo de tonto sigue sin tener este crack.
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