«LittleBigPlanet Karting», la pista de las maravillas

 

Quien tuvo la idea de meter a Sackboy y sus colegas en unos coches de choque y mandarlos a corretear por los alucinantes mundos de la saga «LittleBigPlanet» merece un monumento. Porque, después de siete millones, siete, de niveles creados por sus fans a día de hoy, uno de los títulos más originales e innovadores de los últimos años, auténtica revolución del género plataformero, y aún caliente su genial versión en Vita, vuelve a reinventarse de la mejor forma posible en «LittleBigPlanet Karting», título que tira de un hilo que ha dado óptimos resultados en estas circunstancias, desde «Muppets: RaceMania» a «South Park Rally», pasando por su majestad «Mario Kart».

Pero lo han hecho a su manera, con arrobas de imaginación, gadgets por doquier, escenarios y circuitos infinitos (los que saquemos de nuestra chistera, aunque no faltan clásicos de la saga como el sector «parques y jardines» o las «calaveras y diablitos») y mucho, pero que mucho arte. Y velocidad, claro, que por algo la producción corre a cargo de los canadienses de United Front Games, responsables del estupendo «ModNation Racers», que ha trabajado codo con codo con Media Molecule para que la criatura les quede de lujo. Así, «LittleBigPlanet Karting» presenta un conjunto potente, sencillo y familiar de herramientas de creación que nos permitirá construir muy sencillamente nuestros propios circuitos, diseñar potenciadores singulares o personalizar los karts. No es difícil toparnos con Sackboy convertido en gárgola o rastafari, con coches-abeja intentando electrocutar a un conejo, triciclos de madera dándole caña a una sofisticada nave espacial… En el mundo de este juego todo es posible. Y, cuanto más extravagante, mejor.

Véanse escenarios rocambolescos y locuelos como Garden Grip, King’s Castle o Future Perfect, y minujuegos irresistibles y pegadizos, con componentes deportivos y todo. Aunque, para darle un poco de orden a esta bendita locura, también contaremos con un modo historia, centro neurálgico de donde sale un racimo de autovías y circunvalaciones que nos conducirá a varios mundos ya conocidos (algunos procedentes de descartes de «LittleBigPlanet 2»), pero también a otros de nueva creación plagados de los habituales power-ups para darle turbo al motor o para recolectar armas y fastidiar al competidor. Además, como la exploración y la aventura es la esencia de «LTB», también hallaremos burbujas en mitad del camino para descubrir nuevas cunetas y áreas de servicio y recreo. Y ojo a la vertiente multijugadora, una de las piedras filosofales de la saga, y que aquí echa el resto: multijugador para cuatro, online para ocho, cooperativo batallador… Todo, con múltiples desafíos y opciones para que la comunidad PlayStationNetwork descubra hasta dónde llega nuestro arte y talento, ya que nuestras obras se publicarán en LBP.me, donde encontraremos páginas dedicadas a cada circuito y creador. En fin, un prodigio y un regalo para los sentidos. El único pero, inevitablemente, es que el fragor de las carreras no nos permita disfrutar del entorno y los escenarios. Aunque con aparcar en la cuneta y fumarse un pitillo, todo arreglado.

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