«Lego El Señor de los Anillos»: mi tesoorooo

Se veía venir, con una amplia sonrisa en los labios, claro… Si Traveller’s Tales ya había hecho maravillas con las «legolizaciones» de franquicias como «Indiana Jones», «Star Wars», «Piratas del Caribe», «Batman» o, sobre todo, «Harry Potter», la Tierra Media no podía resistirse a sus encantos. Y he aquí el feliz resultado: «Lego El Señor de los Anillos». Pero nada de coser y cantar, porque el reto era mayúsculo, no solo por la cantidad de personajes disponibles sino a los escenarios y territorios vastos y épicos de las novelas y las pelis. Pero, a grandes desafíos, grandes remedios. O, si se prefiere, más madera, que es la guerra. Porque en este título se puede decir aquello de que son todos los que están y casi están todo los que son, tanto los conocidos como Frodo, Gandalf, Aragorn o Gollum (genial su muñequito, que colgamos en Twitter el otro día) como los más secundarios. También los escenarios y secuencias de la saga se respetan escrupulosamente, añadiendo guarnición en forma de 40 elementos mágicos a recolectar, o rompecabezas y enigmas desperdigados por el camino.

Mención aparte merecen las batallas, espectaculares y donde nos damos cuenta de la verdadera dimensión de este juego, que incluso no obvia los momentos más sangrientos de la franquicia, aunque «suavizados» con el toque de la casa. La fidelidad con la saga de Peter Jackson alcanza un grado supremo en este título, que parece estar concebido por auténticos fanáticos y eruditos del universo Tolkien. Valgan dos detalles: las voces de los personajes son las mismas que en las películas e, incluso, los diálogos están calcados para no perder ni una línea de guión en esta épica aventura. Eso sí, algunos chascarrillos típicamente «legolianos» se han añadido para darle un toque sabroso y humorístico extra al guiso. En definitiva, un auténtico regalo para los fans y un aperitivo inmejorable ante la llegada de «El Hobbit», que está a la vuelta de la esquina y que seguro seguirá perpetuando esta especie por los años de los años. Y nada del chiste malo sobre Lego y Legolas esta vez…

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