Aunque el metro rara vez consigue ser un lugar mágico (como mucho, un aquelarre con las brujas de «Macbeth» revoloteando con variados acentos), Sony ha logrado que la madrileña estación fantasma de Chamberí se convierta, desde mañana y hasta la víspera de Nochebuena, en toda una experiencia encantada y encantadora. Los prodigios de «Wonderbook», uno de los juegos navideños por excelencia (como daremos cuenta en un post especial de próxima publicación) se ponen de tiros largos con «La estación mágica», una curiosa aventura que tira de Realidad Aumentada para trasladar a la chiquillería a un pasadizo sin igual, lleno de pócimas, extrañas y monstruosas criaturas (por cierto, el presi de la Comunidad Ignacio González la inauguró), cuentos hechizados, vegetación indómita y muchos trucos y birlibirloques con el universo de «Harry Potter» de fondo. Y con tutor y revisor mágico y todo. Uno de los puntos fuertes de estas fechas, abierta al público jueves y viernes de 12 a 20 horas y sábados y domingos de 10 a 20 interrumpidamente. Pasen y vean.