Ya era hora. Por fin tenemos un buen juego en 2013 (aunque «Ni no Kuni» también tiene su miga). Visceral Games y EA vuelven a fundir en caliente terror y ciencia ficción con la tercera entrega de su franquicia más escalofriante de los últimos tiempos: «Dead space 3«. Siguiendo los pasos de sus anteriores episodios, el juego nos trasporta a un gélido 2314, con Isaac Clarke y al despiadado soldado John Carver embarcados en un viaje a través del universo para descubrir el origen del brote Necromorfo haciendo escala en el témpano Tau Volantis, donde tendremos que peinar el terreno para encontrar materias primas y piezas con vistas a crear y personalizar armas y herramientas de supervivencia. Pero ojo porque el planeta de hielo esconde la llave para acabar definitivamente con la plaga Necromorfa, así que primero Isaac deberá superar avalanchas, escaladas traicioneras en el hielo y las inclemencias del entorno como un Jesús Calleja cualquiera.
A lo largo de casi 20 misiones, y con una ejemplar interactuación con el medio hostil en que nos movemos, tendremos que descuartizar, masacrar y aniquilar a pesadillescas bestias lovecraftianas y con bastante mal café. Variadas opciones multijugadoras y cooperativas (por primera vez podremos elegir entre jugar solo o acompañado gracias al modo drop-in/drop-out), una historia con mucha miga y guiños y más de una docena de horas de horror le ponen la banderita dorada a este juego que nos deja los pelos como escarpias. ¿Quién teme al San Valentín feroz después de esto?
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