Los videojuegos de acción de ritmo trepidante mejoran el aprendizaje. Es la conclusión de un trabajo que fue publicado en PNAS. Está dirigido por Daphne Bavelier, especialista en neurociencia cognitiva de la Universidad de Ginebra, que estudia desde hace tiempo el efecto de los videojuegos sobre el cerebro. En concreto trata de entender cómo modifican la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad para adaptarse a los desafíos de la vida cotidiana.
En estudios previos ya había demostrado que ponerse frente a la consola sirve para entrenar la atención, las habilidades cognitivas, sensoriales y espaciales. Sin embargo, los mecanismos que llevan a tales mejoras se desconocen. Y ahora Bavelier cree haber encontrado una explicación: los asiduos a este entretenimiento aprenden mejor.
Mejores predicciones
El motivo, que los videojuegos entrenan una capacidad importante de nuestro cerebro: la habilidad de predicción. El cerebro recoge información del entorno y trata de averiguar qué ocurrirá a continuación. Nuestras decisiones se basan en inferencias de este tipo, denominadas probabilísticas. Al conducir, por ejemplo, deducir con antelación y rapidez si la persona que va delante frenará o girará es crucial. Para lograrlo el cerebro construye patrones predictivos del entorno. “Cuanto mejor son esas representaciones o patrones, mejor será nuestra ejecución”, explica Bavelier. Y para ello hay que ser hábil en detectar las regularidades de nuestro entorno, es decir, en buscar pistar fiables que nos permitan hacer predicciones certeras, sin distraernos con datos que no aportan nada.
Y al parecer con los videojuegos de acción se aprende a percibir mejor esos detalles esenciales para construir de forma más eficaz las representaciones visuales del mundo que nos rodea y reaccionar con mayor rapidez. “Ahora sabemos que los videojuegos en realidad fomentan que esos patrones predictivos sean mejores”, resalta. Es por eso que esta actividad aparentemente banal no sólo mejora las habilidades concretas que se entrenan en el juego, sino que mejoran en general la capacidad de aprendizaje de nuevas tareas.
Mejores estudiantes
“Investigaciones anteriores han demostrado que los jugadores de acción sobresalen en muchas tareas. En este nuevo estudio, mostramos que sobresalen porque son mejores estudiantes”, explicó Daphne Bavelier . Y la clave está en que utilizan mejores modelos o plantillas del mundo. En el experimento un grupo de participantes entrenaron durante 50 horas a lo largo de nueve semanas con videojuegos de acción, como “Call of Duty” Mientras que el segundo grupo jugó 50 horas con otros juegos como Los Sims.
A todos los sometieron a una prueba de discriminación de patrones antes y después del “entrenamiento”. La prueba mostró que quienes entrenaron con videojuegos de acción eran mejores, en comparación con el grupo control que jugó con otros videojuegos.
Para investigar cómo los videojuegos de acción fomentar mejores patrones, sometieron a los jugadores de acción a una tarea de aprendizaje perceptivo. Y encontraron que los videojuegos de acciónpermitían construir plantillas y afinar más rápido que otro tipo de videojuegos. Quienes se habían entrenado con los trepidantes juegos de acción, lo hicieron sobre la marcha, mientras llevaban a cabo la tarea.
“Aprender mejor significa desarrollar patrones correctos más rápido, que permiten un mejor rendimiento. Cuando comenzaron la tarea que implicaba un aprendizaje perceptivo, mostraban una curva de aprendizaje acelerado”, resalta Bavelier. Además, esa mejora en el rendimiento es un efecto duradero que se conservaba incluso un año después del experimento, lo que sugiere que conservan esa capacidad para construir mejores plantillas. Ahora el equipo de Bavelier está investigando qué características de los videojuegos de acción son esenciales para impulsar el aprendizaje de los jugadores.