Regresamos a la región de Kanto, ahora en Nintendo Switch, con un nuevo juego pensado para todo el mundo y que arriesga en ciertos aspectos.
¡Hola, gameLover! La franquicia Pokémon sigue creciendo, envuelta en un inevitable proceso de cambio que ya inició Pokémon go hace dos años y medio. Veremos cómo las referencias a este se suceden una y otra vez, y es que ha servido como pequeña evolución portátil para una saga que se está adaptando a nuevos tiempos y, por supuesto, a nuevas audiencias.
Pokémon: Let’s go, Pikachu! y Pokémon: Let’s go, Eevee!, a su vez, son el aperitivo de algo más grande que está por llegar en este próximo 2019 y que tiene como misión domesticar a los jugadores más veteranos introduciendo una serie de cambios y enseñando una nueva forma de jugar para los que llegan y que se enfrentan por primera vez en una franquicia con veinte años de historia.
Una nostálgica transición basada en la primera aventura Pokémon que marca un punto de inflexión en la franquicia, que hoy repasamos aquí. No es una evolución de Pokémon go, ni tampoco un remake puro y duro de aquella primera edición amarilla. Es un poquito de cada uno y nos invita a una reflexión del concepto, que incluso con los recortes de algunas de las características de siempre, siendo fiel a su esencia original. Nintendo Switch recibe uno de sus lanzamientos más importantes del año, así que… ¡hazte con todos!
El regreso soñado a Kanto
Veinte años… Se dice pronto. Es el tiempo que ha pasado desde aquella edición amarilla de Pokémon. Y aquí estamos de nuevo, en Pueblo Paleta, rememorando las primeras aventuras de los monstruos de bolsillo, ahora bien creciditos y que siguen evolucionando, en esta nueva fórmula que creíamos que partía como remake, pero no, porque lo que nos encontramos aquí es un nuevo videojuego que se ha reinventado de arriba a abajo, teniendo en cuenta sus orígenes.
Es una aventura preparada para las nuevas generaciones de jugadores, que recogen el testigo y heredan un buen número de implementaciones, las que han ido calando en las siete anteriores generaciones Pokémon, y sumando las ideas que se han implementado en Pokémon go, una de las apps más exitosas de los últimos años y cuya misión era la de popularizar y dar a conocer el juego y sus características a esta nueva horda de jugadores que comentábamos, por primera vez en sus dispositivos móviles. Se trata de un título con un apartado artístico decididamente bonito, con una paleta de colores característica, muy variada y bien definida. Una declaración de intenciones visual. Con una banda sonora colosal repleta de grandes piezas orquestadas, con nuevas composiciones y también con míticas melodías que no dejan de recordarnos a aquel Pokémon original.
El protagonismo absoluto, por supuesto, recae sobre nuestros compañero de viaje, Pikachu o Eevee, que nos acompañará durante toda la aventura. Podrás customizar tanto a tu entrenador como a tu Pokémon con una serie de accesorios que permitirán actualizar su apariencia gracias a los atuendos que irás recogiendo o comprando durante toda el camino. Esta relación entre entrenador y Pokémon, que realmente es un vínculo irrompible, nos garantiza unas buenas horas de diversión, en las que también tendremos que esforzarnos por tener bien contento a tu acompañante, ya sea mediante caricias o caramelos, puesto que su rendimiento en combate influirá según le hayas mimado o no. Algo que nos pondrá las cosas más fáciles en los combates, tal vez demasiado. y que se verá correspondido durante nuestro recorrido mediante, por ejemplo, la recogida de objetos de nuestro alrededor. También podremos sacar a pasear a cualquiera de los Pokémon capturados para que nos acompañe, luciendo su tamaño original, algo que se verá espectacular cuando, por ejemplo, vayamos montados encima de Charizard o agarrados a Snorlax.
El gameplay es algo más dinámico en esta ocasión. Ya no nos encontraremos con los típicos combates aleatorios que interrumpían nuestra ruta a cada momento. Ahora los combates se suceden solo contra los entrenadores de cada región y contra algunos Pokémon que definen la historia. La captura, al estilo Pokémon go, es fresca y convierten el proceso en una parte activa para el jugador, que no se cansa de coleccionar. Son elementos que claramente recogen el testigo de cara al nuevo Pokémon que recibiremos en Nintendo Switch durante este próximo año.
El arte de capturar Pokémon
A diferencia de todas las anteriores entregas, donde la captura de Pokémon dependía de forma absoluta un algoritmo aleatorio teniendo en cuenta el nivel de cada especie, es ahora el giroscopio de tu Joy-con o de tu Poké ball plus el que juega un papel esencial en el sistema de captura. Es muy similar al de Pokémon go, donde se tienen en cuenta un buen número de factores, como que la criatura se esté atacando, moviéndose, que el círculo de precisión esté estrechándose, que hayamos utilizado bayas para facilitar la captura… Es un proceso gratificante ver cómo consigues capturarlos -especialmente en los más difíciles- y consigue que el jugador participe de forma activa también en este aspecto. A mí es una de las cosas que más me gustan. Es entretenido y satisfactorio.
Por otra parte, al haberse reducido el número de combates obligatorios, veremos cómo los encuentros con otros entrenadores va en aumento, lo que nos permitirá subir de nivel a nuestros Pokémon gracias a los puntos de experiencia obtenidos en estos encuentros, según los tipos de lanzamiento que ejecutemos. También se imponen aquí las capturas en cadena, ya no desde el desaparecido sistema de pesca, sino en el modo de captura tradicional, que nos ofrecerá cierta facilidad a la hora de conseguir algunos Pokémon de la misma especie en un adictivo proceso que solo se verá interrumpido si se escapan o si capturas una especie diferente.
Una vez más, y como ya comprobamos en Pokémon go, podemos transferir nuestras capturas a cambio de caramelos, para aquellos momentos en que acumulamos demasiados de la misma especie y preferimos quedarnos con el más poderoso para el combate. Estos caramelos podrán asignarse después de una forma completamente manual para dotar de ciertas habilidades a cada Pokémon, lo que nos da un control absoluto sobe la evolución de los mismos.
Respecto a los combates nos encontramos con una interfaz limpia y bien estructurada, con algunas opciones de personalización para los más expertos en la materia. Aunque decimos adiós a las habilidades y a los objetos, que restan ese componente estratégico a la aventura y simplifican el juego, que tal vez disponía de demasiados elementos complejos y que ahora es más accesible para todo el mundo. Y accesible no significa fácil, el nivel de exigencia respecto a anteriores entregas sigue siendo estricto.
Un viaje a través del tiempo
Como ya viene siendo habitual en los lanzamientos duales de Pokémon, contamos con diferencias entre versiones, más allá de poder elegir entre Pikachu y Eevee como compañeros de aventura, veremos cómo hay especies que no podremos capturar según la versión que estemos jugando, ya que hay criaturas exclusivas en un cartucho y en otro, por lo que no nos quedará otra que quedar con algún amigo que ya haya capturado especies que nos falten o tendremos que recurrir al intercambio on line. Al final tienes opciones de completar la Pokédex si solo has comprado uno de los dos juegos, como siempre, con paciencia y poco a poco. Donde sí que tendrás un problema es en el Pokémon extra (son 150+1), ya que Mew, es exclusivo del accesorio opcional, la Póke ball plus, por lo que tendrás que pasar por caja para hacerte con él.
La octava generación de Pokémon llegará a Nintendo Switch en 2019 y Nintendo ya nos está preparado con esta transición llamada Pokémon: Let’s go!, que nos hace regresar a la región de Kanto veinte años después con un título que reimagina aquella edición amarilla, la primera incursión Pokémon en el mundo de los videojuegos. Eso sí, respetando el concepto original, arriesgando y simplificando al mismo tiempo, educando a una nueva generación de entrenadores Pokémon que se encuentran con un nuevo sistema de captura -tan dinámico como adictivo- y sin las posibilidades de crianza ni de habilidades.
Es una oportunidad para la iniciación en la franquicia, con un brillante apartado artístico y una excelente banda sonora creados para contentar al seguidor de siempre, un perfecto homenaje hecho a medida y que tira de nostalgia, especialmente si te haces con la Pókeball plus, con el que te sentirás como un auténtico entrenador. Un título ideal para jugar solo o acompañado, ya que un par de Joy-con bastan para que el juego se convierta en algo accesible, incluso para los nuevos jugadores o los más pequeños de la casa. Entendemos esta nueva aventura Pokémon como una nueva fórmula y un paso firme de lo que será la saga de ahora en adelante, todo un acierto que ha llegado para quedarse.
Pokémon: Let’s go, Pikachu! y Pokémon: Let’s go, Eevee! | Nintendo | 16 de noviembre de 2018 | PEGI: 7
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