Una carta de amor al mar desarrollada a bordo de un barco en Costa Brava – Koral ya disponible para Nintendo Switch
La preocupación por el estado de las costas llevó a Carlos Coronado a hacer un videojuego con un profundo mensaje ecologista.
Madrid, 5 de mayo de 2019 – Una expedición nocturna bajo el mar podría asustar a cualquier aficionado al buceo, y más si le piden que se atreva a apagar su linterna. Pero también puede ocurrir que ese submarinista, Carlos Coronado, que además es desarrollador de videojuegos, descubra en el plancton luminiscente uno de los juegos de luces más impactantes de su vida. Esta fascinación por el mar fue su inspiración, pero fue su preocupación por el estado de las costas y la huella de la mano del hombre la que le dio el impulso necesario para subirse a bordo de un barco en Cap de Creus y comenzar allí, entre arrecifes, el desarrollo de su último videojuego. Así nació Koral, una carta de amor al mar creada en un barco, que ya está disponible para Nintendo Switch.
La propuesta narrativa es aparentemente sencilla: el reto es el de resolver una serie de puzles para devolver a la vida los arrecifes de coral. Y, persiguiendo este objetivo, el jugador se zambulle en hasta 15 sistemas ecológicos marinos distintos, que van desde el interior de un barco hundido, una cueva o un fondo de corales blanqueados. Cada uno de ellos, tratado con el mimo de un enamorado del mar (todas las formas fueron silueteadas a mano en el barco, y después insertadas una a una) genera una experiencia visualmente espectacular, que desvela la inesperada belleza del fondo los océanos, pero también subraya con crudeza el rastro de los errores cometidos por el hombre.
De este modo, además de resolver los distintos retos que plantean las pantallas, el jugador se encuentra con distintos elementos con los que puede interactuar para obtener cápsulas de información que explican las consecuencias de actos como la pesca con dinamita o la mala gestión de los residuos. En definitiva, la obsesión de Carlos Coronado cuando se enfrentó aKoral, era generar un juego con un fuerte peso educacional que consiguiese transmitir un mensaje y contagiar su fascinación por el mar a todas las generaciones.
Por ello, no es de extrañar su decisión de llevar a cabo la primera fase del desarrollo del videojuego a bordo de un barco por la Costa Brava, con un equipo que le acompañó durante los primeros días. “Yo sabía que un juego así tenía que hacerse en el mar. Muchas de las ideas surgieron porque estábamos rodeados de agua, porque descubrí cosas que no sabía. Muchos puzles surgieron de ver algunas cosas con mis propios ojos, como por ejemplo las boyas ecológicas”, afirma Coronado.
El resultado es un mensaje que cala, envuelto en una experiencia de juego relajada, reducida a la más mínima expresión: una sola mano es suficiente; un solo joystick, un solo movimiento. Y esta decisión tampoco es casual, sino fruto de la decisión consciente de que un juego con una aspiración divulgativa como éste debía perseguir ser lo más accesible posible. “Buscaba generar puzles interesantes, desafíos diferentes e ingeniosos, pero que fuesen entendibles para todos los públicos, que fuesen fáciles de comprender sin necesidad de texto, de tal manera que el jugador pudiera ir aprendiendo las mecánicas poco a poco”, cuenta el desarrollador, que encontró en la Nintendo Switch una filosofía muy alineada con estos objetivos. “Aunque lo desarrollé en un ordenador, todas las pruebas las hice directamente en una Nintendo Switch. Me permitía justo lo que buscaba: accesibilidad, para llegar a todo el mundo”.
Pese a solo tener 27 años, Carlos Coronado, desarrollador independiente de origen catalán, no es precisamente nuevo en esto de los videojuegos. Hace más de cinco años que se hacía con numerosos galardones con ‘Mind: Path to Thalamus’, y apenas el año pasado presentaba ‘Infernium’, un juego que recuperaba la esencia del ‘survival horror’ más tradicional y que demostraba que cualquier cosa (“incluso un objeto con la apariencia de una toalla”, según él mismo afirma), podía ser capaz de generar una angustia paralizante.
Desde entonces, desarrolla en solitario, se siente cómodo asumiendo distintos roles y disfruta de ello, gracias a un perfil muy multidisciplinar y a saber centrarse en unos objetivos muy claros sin pretender abarcar demasiado. Del terror de Infernium pasó a la calma del mar y, en el momento, ya está trabajando en su próximo proyecto.
Koral, una carta de amor al mar, un mensaje ecologista con una experiencia visual muy satisfactoria y un reto de puzles accesible para todo el público, ya disponible en la eShop deNintendo Switch por 11,99€.
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