Análisis de Civilization 7 para PS5: El retorno triunfal de la saga que define la estrategia




Análisis de Civilization 7 para PS5: El retorno triunfal de la saga que define la estrategia

Análisis de Civilization 7: El retorno triunfal de la saga que define la estrategia 4X (PC, Xbox Series X, PS5, PS5 Pro Switch, Xbox One, PS4)

Después de casi nueve años de espera, la saga Civilization regresa con su séptima entrega numerada, Civilization 7, un título que promete renovar la fórmula sin perder la esencia que la convirtió en un fenómeno. Firaxis Games, el estudio detrás de la serie, ha dado un giro en varios aspectos del juego, haciendo algunos ajustes bien recibidos y otros que aún necesitan pulir detalles. Como siempre, se trata de un juego que nos robará más horas de lo que pensábamos, pero con una experiencia más equilibrada y algunos cambios que harán que los jugadores se enfrenten a desafíos inéditos. Puedes comprarlo en Amazon

Un juego que se reinventa… sin perder su esencia

Civilization 7 sigue el mismo principio que todas sus entregas anteriores: tomar el control de una civilización y llevarla desde los albores de la humanidad hasta los confines del futuro, ya sea mediante la conquista bélica, la supremacía científica, la influencia cultural o la expansión económica. Sin embargo, esta vez Firaxis ha introducido un par de cambios sustanciales que transforman la experiencia de juego.

Una de las incorporaciones más interesantes es la segmentación del juego en tres grandes eras: Antigüedad, Descubrimientos y Modernidad. Cada una de estas etapas se convierte en un ciclo con su propio conjunto de objetivos y desafíos, y al completarla, los jugadores reciben bonificaciones que influyen en la siguiente era. Este sistema es un acierto total, ya que le da a la partida un nuevo ritmo y la oportunidad de hacer remontadas si las primeras eras no fueron precisamente favorables. ¿Empezaste de forma desastrosa? No hay problema: con cada nueva era puedes reorganizar tus esfuerzos y dar la vuelta a la partida, manteniendo el interés hasta el último turno.

Lo que no nos convence tanto es el nuevo enfoque sobre las civilizaciones. En vez de evolucionar una civilización de principio a fin, Civilization 7 te permite elegir un nuevo pueblo al comienzo de cada era, lo que significa que la civilización que inicias en la Antigüedad no será la misma en la Modernidad. A primera vista, esto puede parecer una innovación interesante, pero en la práctica, la sensación de progresión se pierde un poco, ya que no puedes ver cómo tu civilización se desarrolla a lo largo de todo el juego. Esto, sin embargo, podría ser una mecánica atractiva para algunos jugadores, especialmente los que buscan variedad y cambios constantes en su experiencia.

El regreso de los comandantes y la evolución del combate

Otro de los grandes cambios de Civilization 7 se encuentra en el apartado bélico. El combate ha sido revisado para hacerlo más dinámico y estratégico. La gran novedad aquí es la introducción de los comandantes, unidades especiales que lideran ejércitos y que pueden coordinar a varias tropas para realizar acciones simultáneas. Esto no solo hace que las batallas sean más emocionantes, sino que también permite ejecutar estrategias más complejas, como asedios o formaciones más eficaces.

Aunque la diplomacia también ha sufrido ajustes, la IA parece más agresiva y directa en sus interacciones, y la simplificación de algunas mecánicas diplomáticas puede resultar un tanto decepcionante para los veteranos. En lugar de tener que gestionar intrincadas relaciones con otras civilizaciones, ahora basta con invertir ciertos recursos para obtener favores o alianzas. Esta decisión podría facilitar la experiencia a los nuevos jugadores, pero la falta de profundidad en la diplomacia es algo que echaremos de menos.

¿Un tutorial que no está a la altura?

Uno de los puntos más criticables de Civilization 7 es su tutorial. La saga siempre ha sido conocida por su curva de aprendizaje empinada, y aunque en esta entrega se prometió una mejora en este aspecto, la implementación es bastante floja Los jugadores novatos solo encontrarán una serie de consejos básicos y enlaces a la enciclopedia interna del juego, pero no hay un escenario específico ni un sistema interactivo que realmente ayude a los nuevos en su primer contacto con la saga. Este es un punto que podría haberse mejorado considerablemente, especialmente si se quiere atraer a un público nuevo más amplio.

Visualmente atractivo

En cuanto a su apartado técnico, Civilization 7 cumple con las expectativas. El diseño visual ha mejorado respecto a su predecesor, con gráficos más detallados y un toque más realista en las unidades, edificios y paisajes. Las maravillas del mundo y los personajes históricos cuentan con un diseño cuidado que hará que los jugadores disfruten visualmente mientras exploran y expanden sus imperios.

En PS5 pro carga rápido y funciona muy bien tanto grñaficamente, portiempos de carga como a nivel sonoro.

Civilization 7 es una entrega que, aunque no es perfecta, tiene mucho que ofrecer a los fanáticos de la saga y a los nuevos jugadores por igual. Los cambios más relevantes, como la división en tres eras y los comandantes en el combate, refrescan la fórmula, aunque las decisiones sobre las civilizaciones y la diplomacia podrían haber sido más profundas.

Si bien el juego sigue siendo un «roba vidas» como sus predecesores, algunos aspectos, como el tutorial y los tiempos de carga, aún necesitan mejoras. A pesar de ello, Civilization 7 es una gran adición a la saga, y sus innovaciones, junto con una accesibilidad mejorada, aseguran que los jugadores seguirán perdiendo horas y horas mientras construyen imperios, libran guerras y compiten por la supremacía en un mundo que nunca deja de sorprender.

Sid Meier’s Civilization VII, la última entrega de esta icónica saga de juegos de estrategia por turnos, lleva a los jugadores a una nueva dimensión de posibilidades y profundidad. Si bien el objetivo central del juego sigue siendo el mismo, construir y guiar una civilización desde la antigüedad hasta la era modern, en esta nueva edición, el replanteamiento de la jugabilidad ofrece una experiencia más personalizada y adaptada a cada tipo de jugador, sin perder la esencia que ha hecho grande a la franquicia desde sus orígenes en los años 90.

Una de las principales novedades es la división en tres eras claramente diferenciadas: la era antigua, la de los descubrimientos, y la moderna. Cada una tiene sus propios desafíos y características, desde la exploración y expansión inicial de la civilización hasta la conquista del espacio en la era moderna. Los jugadores pueden empezar en cualquiera de las tres eras, con el añadido de que la experiencia será profundamente distinta dependiendo del punto de partida que se elija. Por ejemplo, si se opta por saltar a la era moderna, el juego ofrece “comodines” que permiten progresar más rápidamente, pero sin perder de vista los fundamentales de la jugabilidad.

El juego permite una gran flexibilidad, permitiendo a los jugadores elegir no solo qué civilización dirigir, sino también qué líder la encabezará, independientemente de su relación histórica con esa cultura. De esta forma, podemos tener a personajes como Catalina la Grande al mando de los griegos o los japoneses, lo que añade un toque de creatividad e imprevisibilidad a las estrategias a seguir. Los líderes, cada uno con sus propios rasgos y habilidades, acompañan al jugador a lo largo de las tres eras, ofreciendo rutas de legado vinculadas a facetas como la bélica, la cultural, la económica y la científica. Al completar una ruta de legado, se obtiene una bonificación que otorga un nuevo impulso al progreso.

La diplomacia juega también un papel crucial. A medida que exploramos y encontramos otras civilizaciones, el juego nos invita a decidir si mantenemos una relación amistosa, neutral o hostil. La influencia, obtenida a través de diversas acciones, juega un papel fundamental en este aspecto, permitiendo proponer alianzas, establecer tratados o incluso librar guerras. Cada decisión tiene su peso, ya que, aunque la guerra puede resultar en la conquista de territorios, las relaciones entre civilizaciones pueden quedar muy deterioradas, dificultando futuras interacciones.

Uno de los grandes atractivos de Civilization VII es su accesibilidad y personalización. Los jugadores pueden ajustar la dificultad, el tamaño del mapa y la velocidad de los turnos, lo que permite que tanto los novatos como los veteranos disfruten de la experiencia a su propio ritmo. A pesar de que la complejidad del juego es inmensa, la interfaz y los tutoriales bien integrados ayudan a los jugadores a comprender las mecánicas a medida que avanzan, sin sentirse abrumados.

A nivel visual, si bien Civilization VII no ha dado un salto gigantesco en términos gráficos, la atención al detalle en los mapas, las ciudades y las animaciones de las unidades es notable. Las ciudades, las batallas y las maravillas construidas se aprecian mejor cuando se hace zoom, revelando detalles que antes eran apenas visibles. Además, el apartado sonoro, con un espectacular tema principal compuesto por Christopher Tin, añade un toque épico y envolvente a la experiencia, complementando perfectamente la narrativa histórica del juego.

En resumen, Sid Meier’s Civilization VII no solo mantiene la esencia de la saga, sino que la enriquece con nuevas mecánicas, un sistema de eras más profundo, y una personalización aún mayor. El reto de hacer prosperar una civilización a lo largo de los milenios sigue siendo tan cautivador como siempre, pero con una experiencia más accesible y adaptable que nunca. Los veteranos de la saga encontrarán en esta entrega una nueva capa de complejidad, mientras que los nuevos jugadores disfrutarán de una entrada más amigable al universo Civ.

Han transcurrido casi 9 años desde el lanzamiento de Civilization VI, el mayor lapso de tiempo entre dos entregas de la saga, lo cual ya nos da pistas de lo ambicioso de esta entrega. El propio Sid Meier ha declarado que una de las premisas innegociables para la saga es evitar que esta siga el camino de títulos deportivos como Madden o series como Call of Duty con sus respectivas entregas anuales. Cada nueva entrega de Civilization debe estar plenamente justificada más allá del pertinente avance visual y técnico. Y lo cierto es que con Civilization VII han cumplido con creces con dicha premisa, ofreciendo una entrega muy innovadora, llena de cambios de gran calado y que se ha atrevido a arriesgar con varias nuevas premisas que sorprenderán a los seguidores más acérrimos de la serie. Todo ello para ofrecer un juego que nos ha encantado y que se convierte por derecho propio en un nuevo referente del género, un título casi infinito que brindará miles de horas de diversión a quien busque un juego de estrategia y gestión lleno de posibilidades y enfoques para todo tipo de jugadores.

Lleva las riendas de tu civilización

La premisa básica se mantiene con respecto a lo visto en otros títulos de la saga: debemos gestionar nuestro imperio para obtener la victoria frente a un número aleatorio de naciones rivales, pudiendo lograr dicha victoria por cuatro métodos: el científico, el cultural, el económico o el bélico. Deberemos fundar ciudades y asentamientos, y mejorarlos con construcciones y modificaciones del entorno que nos permitan obtener recursos como son oro, producción de ciencia, cultura, felicidad para nuestros ciudadanos y diplomacia. Todo ello en base a infinidad de decisiones, siendo la primera la elección del lugar adecuado para fundar cada una de nuestras ciudades, que se aprovecharán de diversas bonificaciones de entorno en función de su ubicación. A continuación habrá que ir eligiendo la producción de dichas urbes, entre diversas construcciones que reportarán beneficios en distintos campos, o unidades como colonos que permiten fundar nuevos asentamientos o destacamentos militares para defensa o conquista. Incluso podemos embarcarnos en la construcciones de grandes maravillas de la humanidad, como el Coloso de Rodas o Los Jardines Colgantes, las cuales nos proporcionarán grandes beneficios y abrirán paso a una época de esplendor cultural.

También habrá que elegir qué avances tecnológicos y conocimientos decidimos estudiar, y seleccionar entre distintos tipos de gobierno y avances culturales. La cantidad de variables a las que hay que prestar atención es enorme, y siempre estamos descubriendo elementos interesantes y nuevas vías para que nuestra civilización florezca. También habrá que prestar especial atención a la diplomacia y las relaciones con los demás imperios presentes en nuestras partidas, así como prepararse para defender nuestras urbes o incluso lanzarnos a despiadadas campañas bélicas en pos de la dominación mundial. Pese a lo abrumador de su propuesta en un inicio, estamos ante un título amigable que fomenta la experimentación y resulta satisfactorio en todo momento, que además nos ofrece 6 niveles de dificultad que hacen que la experiencia resulte placentera para todos los niveles de pericia con el género. Civilization VII es uno de esos títulos donde las horas pasan volando sin darnos cuenta, no en vano esta saga es la principal culpable de que se acuñara la popular expresión “un turno más y lo dejo” hasta que nos percatamos que nos han dado las tantas al frente de nuestro imperio virtual.

Multitud de novedades

Como ya hemos comentado, estamos ante una de las entregas más transgresoras e innovadoras en la historia de la saga. Los cambios comienzan incluso antes de lanzarnos al ruedo, ya que por primera vez, el líder o figura histórica que elijamos al frente de nuestro imperio no está ligado a una civilización en concreto, debiendo elegir ambos por separado. Tenemos a figuras históricas como Isabel la Católica, Napoleón, Benjamin Franklin y muchas más, y podremos ponerlos al frente de distintas dinastías como la griega, la romana y otras tantas. Tanto los dirigentes como las distintas civilizaciones tienen características únicas y bonificaciones propias, por lo que juntando unos con otros obtendremos diversas sinergias a explotar en las partidas, ofreciendo esta novedad infinidad de combinaciones y posibilidades.

La otra novedad rompedora es la división de las partidas en tres eras, la era antigua, la era de los descubrimientos y la era moderna. El progreso de la era lo indica un marcador en la esquina superior izquierda de la partida, y se va llenando a medida que las distintas civilizaciones consiguen unos determinados hitos. El avance del indicador de progreso es común para todos los imperios presentes en la partida y todos ellos realizan la transición a la siguiente era de manera simultánea. Dentro de cada era podemos optar por seguir alguna de las cuatro rutas de legado, la científica, la cultural, la económica o la militar. Se nos pedirán diferentes objetivos, como estudiar la escritura y construir una biblioteca en la ruta científica, o construir un determinado número de maravillas del mundo en la ruta cultural, y al alcanzarnos obtendremos una serie de puntos de legado que podremos canjear por diversas mejoras en la siguiente era. Las victorias al completar alguna de las rutas de legado en las dos primeras era serán parciales, debiendo completar alguna de dichas rutas en la última era para alzarnos con la victoria definitiva.

Esto abre la posibilidad de grandes remontadas, y nos permite diversificar nuestros esfuerzos en distintas rutas en las eras previas para centrarnos en una concreta en la última para alcanzar la victoria definitiva. Por si este planteamiento no fuera suficientemente rompedor, cuando realizamos la transición de era deberemos elegir una nueva civilización para nuestro imperio, de entre las disponibles para dicha era, por lo que la cosa cambiará por completo. Esto exige una alta capacidad de adaptación y planificación a largo plazo, e incluso las civilizaciones disponibles en la nueva era se desbloquearán en algunos casos en función de nuestras acciones en la previa. Los períodos previos a la transición estarán marcados por épocas de crisis donde se aplicarán diferentes penalizaciones a nuestro imperio, y varias de las construcciones y unidades quedarán obsoletas al realizar el cambio de era y las perderemos con sus respectivas bonificaciones. Todo ello supone un cambio radical para la serie, y lo cierto es que a nosotros este nuevo planteamiento nos ha gustado mucho y nos ha convencido.

No se quedan ahí las novedades: siguiendo con la política iniciada en la anterior entrega, la gestión de las urbes es más directa, y se han eliminado por completo la figura de los constructores, debiendo gestionar los núcleos urbanos directamente, teniendo en cuenta que las construcciones ocupan espacio en las mismas, y que las casillas de las ciudades pueden ser suelo urbano donde ubicar mejoras, o terreno mejorado directamente a granjas o serrerías, por poner un ejemplo. También podremos asignar especialistas a las casillas urbanas, que proporcionan recursos pero también los consumen, e incluso construir barrios específicos para cada cultura ubicando dos construcciones especiales en la misma casilla. Los nuevos asentamientos se fundarán como pueblos y no como ciudades, funcionando de manera diferente a estas, aunque siempre podremos convertirlos en ciudades pagando un peaje económico.

La diplomacia también ha sido fuertemente potenciada, debiendo estar muy atentos si queremos mantener buenas relaciones con los demás imperios, ofreciéndoles distintos intercambios o aperturas de fronteras, aunque también dispondremos de muchas opciones para espiarlos o hacerles la puñeta si queremos optar por esta vía. Esta rama del juego ha ganado mucho peso, y deberemos prestarle mucha importancia si no queremos que las cosas se salgan de madre. La vertiente bélica del juego también se ha potenciado, incluyendo la figura de comandantes que pueden agrupar varias unidades bajo su mando, siendo más sencilla su gestión y disposición en el campo de batalla. Junto a todo ello, hay multitud de pequeños cambios aquí y allí, que en general mejoran la experiencia, y lo cierto es que hay que aplaudir fuertemente el afán del señor Meier y su equipo de Firaxis por huir del previsible estancamiento que podría sufrir la séptima entrega de una saga de tanto peso y tan largo recorrido.

Poco hay que reprochar a esta nueva entrega de la saga. Quizá lo más grave sea la ausencia de un tutorial de verdadera entidad, algún escenario de prueba donde se guíe de manera efectiva a los jugadores noveles en los muchos entresijos de esta nueva entrega. Cierto es que contamos con diversos mensajes de ayuda y recomendaciones en los inicios de las partidas, pero se antojan un tanto escasos. En cualquier caso, siempre podremos acceder a la Civilopedia, un compendio de todo lo que ofrece el juego a modo de enciclopedia sobre el mismo que hace verdadero honor a dicho término.

en conclusión, uno de los grandes nombres del sector de los videojuegos de estrategía está de extreno, ampliando horizontes y ofreciendo una nueva entrega arriesgada y fresca. Civilization VII es un soberbio juego de estrategia por turnos 4x, lleno de opciones y posibilidades, ofreciendo una profundidad descomunal, pero a la vez sabiendo ser accesible para todo tipo de públicos. Su propuesta de guiar a nuestra propia civilización virtual desde los albores de su creación hasta las mismísimas estrellas es una de las más divertidas y adictivas. Las horas vuelan casi sin darnos cuenta turno tras turno, y el título posibilita infinidad de acercamientos, tácticas y formas de jugarlo en base a multitud de parámetros. Conservando todo lo bueno de la saga, Sid Meier ha apostado por ofrecer una entrega muy renovada, con muchos cambios de gran calado, que le dan nuevos aires a la saga y en nuestra opinión le sientan de maravilla. Lo hemos probado en un PS5 Pro y funciona muy bien. Puedes comprarlo en Amazon

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