La escasez de suministros hace que el actual quizá no sea el mejor momento para ser ‘gamer’ y renovar el ‘setup’, pero ROG, la marca ‘gaming’ de Asus, ha lanzado recientemente su última apuesta por liderar el segmento de los teléfonos móviles para videojuegos: ROG Phone 5s.
El nuevo terminal es una actualización menor del ROG Phone 5, ya que realmente solo trae una novedad: el procesador, que pasa del modelo Snapdragon 888 a la variante 888+, la actualización del buque insignia de Qualcomm de 2021.
Con este chip, ROG promete un funcionamiento fluido, con hasta 3,0 GHz de velocidad de reloj, y lo cierto es que lo cumple, como hemos podido comprobar en Portaltic en las pruebas que hemos realizado del producto.
En juegos competitivos como Pokémon Unite, donde cada milisegundo puede ser esencial, esta fluidez nos ha parecido un argumento de peso suficiente para convencer a los ‘gamers’ más intensivos.
ROG Phone 5s ha llegado a Europa en noviembre de 2021, solamente un mes antes del anuncio del actual buque insignia de Qualcomm, Snapdragon 8 Gen 1, que ya comienza a llegar en los primeros móviles como Xiaomi 12 y realme GT 2 Pro.
En una situación normal, habría que reprochar a Asus que un público tan exigente como el ‘gamer’ reciba un ‘hardware’ que queda desactualizado tras solo dos meses del lanzamiento. No obstante, la escasez actual de suministros está haciendo que muchos empiecen a ignorar la velocidad de actualización anual habitual de la industria.
Aun con Snapdragon 888+, ROG Phone 5s ha conseguido en nuestras pruebas que el estrés de ver el icono de carga durante una partida se olvide completamente. Este test se ha hecho con modelo base, con 12GB de RAM LPDDR5 y 512GB de almacenamiento UFS 3.1 (las tecnologías más recientes y potentes), con un precio de 999 euros, aunque el modelo 5s Pro llega a los 18GB de RAM por 1.299 euros.
GAMA ALTA QUE CUMPLE
ROG Phone es una de las series de teléfonos para videojuegos más longevas del mercado, desde que su modelo original debutó en España en el año 2018. Posteriormente ha contado con modelos ROG Phone II, 3 y 5, antes de la llegada del 5s.
El nuevo ‘smartphone’ para gaming’ cumple en cuanto a estética ‘gamer’, con los ya característicos leds iluminables en su logo trasero y su cámara con la forma geométrica que mantiene desde sus inicios.
También acompañan otras características que lo sitúan al nivel de las gamas más altas, como sucede con su pantalla AMOLED E4. La tasa de refresco es de 144 hercios (Hz), con tiempo de respuesta de 1 milisegundo y muestreo táctil de 360 Hz, suficiente hasta para los jugadores más ávidos para mejorar el rendimiento en las partidas.
El resto del ‘hardware’ coloca al dispositivo en la gama alta: una batería dual de 6.000 mAh, con autonomía para jugar partidas de varias horas sin necesidad de carga y de varios días si se le da un uso normal, carga rápida Quick Charge 5.0 que llega al 100% en menos de una hora y lector de huella dactilar en pantalla.
La cámara no se ha descuidado pese a tratarse de un dispositivo ‘gaming’, con una cámara trasera triple con sensor principal de 64MP que destaca especialmente por los retratos y la capacidad para lograr desenfoques que simulan muy bien la óptica de las reflex. La cámara delantera, de 24MP y ubicada en el marco superior, logra selfis aceptables.
Otro aspecto destacable en el que ROG coloca a su terminal en la gama más alta es el sonido. Su sistema con dos altavoces y siete imanes logra una de las potencias más altas que hemos visto en un ‘smartphone’ sin producir distorsión, y a niveles medios la calidad es excelente e inmersiva. También tiene puerto ‘jack’ de 3,5mm para los más audiófilos amantes de los auriculares con cable.
FALTA DE NOVEDADES EN ‘GAMING’
Suficientemente comprometida como para lanzar un nuevo modelo de móvil solo por un nuevo modelo de chip ligeramente mejor, ROG no nos ha parecido tan ágil a la hora de proporcionar nuevas funciones para los ‘gamers’ más exigentes.
Algunas características resultan destacables, como los botones táctiles Air Triggers configurables en el lateral del dispositivo y el centro de juegos con información sobre el rendimiento y los fps de cada juego.
Sin embargo, una de las principales apuestas del dispositivo es su sistema de refrigeración interno, con una cámara de vapor 3D rediseñada y extensas láminas de grafito. El procesador se sitúa en el centro, con la batería dual a cada lado, para que el calor se distribuya de forma pareja.
Aunque el sistema nos ha resultado efectivo para jugar varias partidas en línea de forma consecutiva, no evita completamente el calentamiento y, sobre todo, no nos ha parecido un gran avance respecto a los sistemas de refrigeración que ya están presentes en otros dispositivos del mercado no orientados al ‘gaming’.
Los usuarios de ROG Phone 5s pueden usar AeroActive Cooler 5, un dispositivo de ventilación externa que reduce la temperatura del núcleo hasta en 10ºC. No obstante, considerando que este accesorio ya lleva presente en la serie desde el primer ROG Phone y que no viene incluido en todos los ‘packs’, nos ha parecido algo insuficiente.
Esta falta de novedades llamativas para los ‘gamers’ hace que ROG pierda protagonismo frente a sus competidores en el mercado de móviles ‘gaming’: Black Shark 4 ofrece un modelo base más asequible (479 euros), mientras que Nubia Magic 6 Pro supera en tasa de refresco, con 165Hz, y en funciones llamativas como un ventilador interno y la carga rápida de 120W.
En definitiva, ROG Phone 5s es un ‘smartphone’ para videojuegos notable, que puede ayudar a la mayoría de ‘gamers’ a mejorar su rendimiento gracias a su enorme potencia pero que quizá carece de elementos llamativos para convencer a los jugadores más exigentes.
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